DIS, invita en su primer número a generar una reflexión que motive a los diseñadores a considerar grupos de personas que han sido olvidadas o marginadas en las prácticas tradicionales. Bajo este enfoque, la relación entre usuario y diseñador, es una oportunidad para comprender la diferencias, multiplicar las posibilidades de ser más empáticos, resilentes, elásticos y multiculturales, lo que a su vez podría redundar en el desarrollo de soluciones de diseño que impacten favorablemente en la calidad de vida de las personas.